Introducción a Mateo 28 y la Resurrección de Jesús
El capítulo 28 del Evangelio según Mateo relata un evento trascendental que marca un antes y un después en la historia del cristianismo: la resurrección de Jesucristo. Este acontecimiento no solo es fundamental para la fe cristiana sino que también ofrece un mensaje de esperanza y salvación para todos los creyentes.
Los primeros testigos de la resurrección
Mateo 28 comienza con la llegada de María Magdalena y la otra María al sepulcro. Sorprendentemente, se encuentran con que la gran piedra que sellaba la tumba había sido removida. Mateo narra cómo un ángel del Señor descendió del cielo, hizo rodar la piedra y se sentó sobre ella. El aspecto del ángel era como un relámpago, y su ropa blanca como la nieve. La guardia romana, superada por el miedo, quedó como muerta.
El mensaje del ángel
El ángel, en su majestuosidad, no solo impacta a los guardianes sino que proporciona un mensaje de alegría a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. Este mensaje no solo confirma la divinidad de Jesús sino que también cumple las profecías sobre su resurrección.
La comisión de las mujeres y la instrucción del ángel
Después de recibir las buenas nuevas, las mujeres son enviadas a dar la noticia a los discípulos. Aunque inicialmente con miedo y gran gozo, obedecen y corren a llevar el mensaje. Jesús mismo se aparece a ellas en el camino, saludándolas y reiterando la instrucción de ir a decir a sus hermanos que vayan a Galilea, donde él se encontrará con ellos. Este encuentro fortalece la fe de las mujeres y simboliza la cercanía y la accesibilidad del Señor resucitado.
La respuesta de los discípulos
Cuando los discípulos reciben la noticia por parte de las mujeres, se dirigen a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Allí, ven a Jesús, se postran ante él, aunque algunos dudan. Jesús se acerca y les da la gran comisión: Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Este mandato no solo reafirma la misión universal del cristianismo sino que también subraya la autoridad divina de Jesús, quien declara tener toda autoridad en el cielo y en la tierra.
Implicaciones teológicas de la resurrección según Mateo 28
La resurrección de Jesucristo es la piedra angular de la fe cristiana. Según Mateo 28, este evento no solo verifica las afirmaciones de Jesús sobre su propia divinidad y su poder sobre la muerte, sino que también asegura a los creyentes su propia resurrección y vida eterna. La victoria sobre la muerte y el pecado que Jesús logra a través de su resurrección es la fuente de la esperanza cristiana y el fundamento del evangelismo.
Conclusión
Mateo 28 no solo narra la historia de un milagro, sino que ofrece una enseñanza profunda de la fe, la obediencia y la misión. La resurrección es motivo de gran alegría, pues garantiza que la muerte no es el final y que en Jesucristo, hay esperanza de una vida renovada. Como cristianos, estamos llamados a compartir esta buenísima noticia, con la confianza de que Jesús está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.