Cuando Jesús caminaba entre sus discípulos, les hizo una serie de promesas que han sido fuente de consuelo y esperanza para millones de personas a lo largo de los siglos. Estas promesas no solo estaban dirigidas a aquellos discípulos que lo acompañaron físicamente, sino que también se extienden a todos aquellos que decidan seguir sus enseñanzas y creer en su mensaje de amor y redención.
La promesa de la guía divina
Una de las promesas más poderosas que Jesús hizo a sus discípulos es la de la guía divina. En el Evangelio según Juan, Jesús promete enviar al Espíritu Santo, quien les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que él les ha dicho. Esta promesa es un recordatorio de que nunca estamos solos en nuestro viaje espiritual, y que contamos con la sabiduría y el amor de Dios para orientarnos en todo momento.
La promesa de la paz
Otra promesa importante de Jesús es la de la paz. En el Evangelio según Juan, Jesús les dice a sus discípulos: La paz les dejo, mi paz les doy; yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. Esta paz que Jesús ofrece es diferente de la paz que el mundo promete, es una paz que trasciende las circunstancias externas y que encuentra su origen en la confianza en Dios y en su plan de salvación para la humanidad.
La promesa de la vida eterna
Quizás la promesa más conocida de Jesús a sus discípulos es la de la vida eterna. En el Evangelio según Juan, Jesús afirma: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Esta promesa nos recuerda que la vida en este mundo es solo el comienzo de nuestra existencia, y que aquellos que creen en Jesús y siguen sus enseñanzas tendrán la oportunidad de vivir en comunión con Dios por toda la eternidad.
En resumen, las promesas de Jesús a sus discípulos son un recordatorio de su amor incondicional, su poder divino y su compromiso con aquellos que decidan seguirlo. A través de estas promesas, Jesús nos invita a confiar en él, a caminar en su luz y a vivir en la esperanza de un futuro lleno de bendiciones y gracia. ¡Que estas promesas sean un consuelo y una inspiración en tu camino de fe!