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Sáb. Jul 6th, 2024

Explorando Poemas Franciscanos Cortos

Por Editor May4,2024 #Franciscanos
Digital painting of a serene Franciscan monastery garden with a monk in traditional robes quietly reading a small, ancient book of poems under the shade of an olive tree, accompanied by a small deer,

Introducción a la Poesía Franciscana

Los poemas franciscanos son una manifestación hermosa y profunda del amor y la devoción a Dios y a la creación. Tienen su origen en la vida y enseñanzas de San Francisco de Asís, quien es conocido por su profundo respeto hacia la naturaleza y su compromiso con la pobreza y la simplicidad. Sus escritos y los de otros seguidores franciscanos no solo exudan una espiritualidad rica, sino que también reflejan su perspectiva única sobre la vida cristiana.

Características de la Poesía Franciscana

Amor a la Naturaleza

San Francisco de Asís, quien escribió El Cántico de las Criaturas, es quizás uno de los primeros poetas que expresó un amor y respeto profundo por el medio ambiente a través de sus escritos. Este poema es un magnífico ejemplo de la poesía franciscana, ya que muestra la belleza de la naturaleza en comunión con Dios, llamando a todas las criaturas hermanos y hermanas.

Sencillez

San Francisco es conocido por su vida de austeridad y renuncia material. Esta sencillez también se refleja en la poesía franciscana. La simplicidad en la forma y el contenido demuestra que el mensaje de amor y fe puede ser transmitido con pocas pero poderosas palabras. La brevedad no disminuye el impacto de los textos, sino que, por el contrario, los hace más accesibles y penetrantes.

Enfoque en la Espiritualidad

La poesía franciscana nunca pierde de vista su enfoque en la espiritualidad. Ya sea celebrando la creación de Dios o expresando el deseo profundo del alma por acercarse a Él, estos poemas son ejercicios de devoción y amor divino. El foco no está en la erudición literaria sino en la expresión pura del corazón creyente.

Algunos Poemas Franciscanos Cortos

El Cántico de las Criaturas

Este es tal vez el poema más famoso de San Francisco de Asís. Aunque no es corto en su totalidad, puede ser dividido en estrofas que se sostienen por sí mismas como pequeños poemas cortos. Aquí, San Francisco alaba a Dios a través de elementos de la naturaleza:

Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.

Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,

porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.

Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.

Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

Otras Expresiones Poéticas Franciscanas

A lo largo de los siglos, muchos seguidores de la Orden Franciscana han escrito poemas que reflejan los ideales de San Francisco. Estos escritos, aunque variados en forma, siempre conservan la devoción y amor que caracterizan a la orden. Aquí algunos ejemplos breves que pueden inspirar devoción y contemplación:

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, siembre yo amor,
Donde haya injuria, perdón,
Donde haya duda, fe,
Donde haya desesperación, esperanza.

Este fragmento, aunque comúnmente atribuido a San Francisco, forma parte de una plegaria del siglo XX que capta el espíritu franciscano de buscar transformar el mundo a través del amor y la humildad.

Cuando el sol declina y el día se acaba,
contemplo tu obra, oh Señor, y me maravillo.
Las criaturas grandes y pequeñas,
todas alaban al Creador en su belleza.

Este poema anónimo refleja la admiración constante de la creación por parte de un corazón franciscano, reconociendo en cada detalle del mundo un reflejo de la grandeza de Dios.

Conclusión

Explorar los poemas franciscanos cortos nos permite entrar en un espacio de meditación y conexión espiritual. A través de palabras simples pero cargadas de significado, estos poemas invitan a los creyentes a unirse en una alabanza común por la creación y el Creador. Son testimonios de una fe vivida con profundidad y simplicidad, característica del carisma franciscano. Permiten a cualquier persona, sin importar su trasfondo, acercarse a experiencias espirituales que enriquecen el alma y fortalecen la relación con Dios.

Cada línea, cada estrofa, es un recordatorio de que Dios está presente en todo lo que nos rodea y que podemos servirle y amarle a través de nuestros actos de bondad y amor hacia nuestra hermana naturaleza y hacia nuestros hermanos los seres humanos. Los poemas franciscanos son, en esencia, un llamado a vivir con alegría, sencillez y devoción.

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