El pasaje de Efesios 5:3-5 contiene una serie de exhortaciones del apóstol Pablo a los creyentes en Éfeso, enfocándose en cómo deben vivir en santidad y con integridad moral. Estos versículos forman parte de una sección más amplia donde Pablo resalta la importancia de caminar en amor, como seguidores de Cristo.
Versículo 3: Evitar la inmoralidad y la avaricia
“Pero fornicación y toda impureza, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos” (Efesios 5:3).
En este versículo, Pablo empieza advirtiendo contra tres tipos de conductas: la fornicación, la impureza y la avaricia. Fornicación se refiere a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, mientras que la impureza engloba todo tipo de comportamiento inmoral. La avaricia, por su parte, es el deseo desmedido de poseer más de lo necesario.
Pablo insta a los creyentes a que ni siquiera se mencione entre ellos estas prácticas, subrayando que tal comportamiento es inadecuado para aquellos que han sido llamados a ser santos. La santidad implica estar apartado para Dios y vivir de una manera que refleje su carácter.
Versículo 4: Hablar con propiedad
“Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acción de gracias” (Efesios 5:4).
En este versículo, Pablo aborda la forma de hablar. Las palabras deshonestas, las necedades y las truhanerías se refieren a comentarios vulgares, chistes obscenos y discusiones inútiles. Estas formas de hablar no son apropiadas para los creyentes y no reflejan el carácter de Dios.
En lugar de tales formas de comunicación, Pablo insta a los creyentes a practicar la acción de gracias. Hablar con agradecimiento y positividad es una manera concreta de vivir en santidad y de reflejar una mente transformada por Cristo.
Versículo 5: Herencia en el reino de Cristo
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios” (Efesios 5:5).
En este último versículo del pasaje, Pablo alerta solemnemente que aquellos que practican la fornicación, la impureza o la avaricia no tienen herencia en el reino de Cristo y de Dios. Al caracterizar la avaricia como idolatría, Pablo destaca la seriedad de poner los deseos materiales por encima de Dios.
La advertencia es clara: para tener una parte en el reino de Dios, es necesario apartarse de estas conductas y vivir una vida que honre a Dios en cada área, incluyendo tanto las acciones como las palabras.
En resumen, Efesios 5:3-5 nos llama a una vida de santidad tanto en nuestras acciones como en nuestras palabras. Nos exhorta a evitar la inmoralidad y la avaricia, a hablar con propiedad y a vivir de manera que refleje nuestra identidad como hijos de Dios. Esta vida de santidad es esencial para heredar el reino de Cristo y de Dios.